Realmente desearía que alguien pueda salirme con alguna razón medianamente valedera por la que el mejor momento para perder la virginidad no sea el día después de alcanzar la madurez sexual (¿el primer rojo escalofrío?). Supongo que caben ciertos reparos legales, pero digamos que se pueda establecer que es sexo consensual y la Lolita de nuestra historia esté resuelta a no desperdiciar una hora más sin la experiencia, a no perder un minuto más sin ejercer el poder que el sexo da sobre los hombres, probablemente el único poder real que tenemos sobre los hombres…
La búsqueda del placer es perfectamente legítima filosóficamente hablando, y les puedo dar fe de que mientras más se practica más se llega a disfrutar (yo salí puta como mi padre), las primeras veces no son interesantes para nada más que para ir comprendiendo qué es lo que te calienta y qué es lo que suele calentar a tus compañeros presentes y futuros ¿por qué esperar? ¿por qué negarte concientemente a empezar la carrera que (literalmente) más satisfacciones va a darte en la vida?
Y si me conceden que no haya razones prácticas insuperables (higiénicas, riesgos de embarazo, legales), es decir en un supuesto puramente teórico ¿agotarías las instancias para que en lo posible tu hija llegue virgen al matrimonio? ¿y en cambio vos cuántas parejas tuviste? ¿qué tan mojigato sos? ¿qué tan puritano? ¿qué tan hipócrita? ¿qué tal tu hijo? (eso me recuerda un cachito). Es un test de ética puritana, para inspirarlos los dejo con un tal Voltaire:
C'est une des superstitions de l'esprit humain d'avoir imaginé que la virginité pouvait être une vertu.
martes, 7 de octubre de 2008
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3 comentarios:
En el futuro habrán inventado cinturones de castidad a prueba de sabidos. Mi hija morirá virgen ja, ja, ja
Cuál es el cachito?
La mujer nace puta y la sociedad la corrompe.
Por el bien de la generación de mi hijo, estimado Tomás procura que la sociedad no corrompa a tu hija.
Un hijo a su padre: Papá, papá tuve mi primera relación sexual. Qué bueno hijo, ven siéntate al lado mío. No puedo, ay.
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